El piloto Leh Keen aceleró el Porsche Taycan hasta 165,1 km/h (102 mph) en el interior de un centro de exposiciones en Nueva Orleans (Estados Unidos). Con ello, estableció el récord mundial de la velocidad más alta alcanzada por un vehículo en un edificio cerrado.
Incluso cuando las circunstancias hacen que estar dentro de casa sea la opción más segura, pero a veces poco emocionante, el piloto Leh Keen encontró una forma de sentirse considerablemente menos aburrido bajo techo.
El anterior récord Guinness para la velocidad más alta alcanzada por un vehículo en interior era 138,4 km/h (86 mph). Las reglas, estrictamente aplicadas por Guinness World Records, intimidan a cualquiera. Keen tenía que empezar y terminar su intento de récord con el auto estacionado, todo ello dentro del espacio del edificio. No podía ser en cuesta arriba, ni contar con una red de seguridad, ni puertas abiertas y, por tanto, ninguna vía de escape. Por ello, el anterior récord se mantuvo imbatido durante siete años.
No obstante, Keen continuó con entusiasmo su planificación. Necesitaba un auto en el que confiar para batir el récord: seguro en condiciones difíciles, con las mejores aceleraciones y, sobre todo, con la mejor frenada. El modelo que cumple esos criterios es el Taycan Turbo S, un modelo con tracción en las cuatro ruedas para maximizar el agarre, potentes frenos cerámicos de carbono y capacidad para acelerar hasta 100 km/h desde parado en solo 2,8 segundos (0 a 60 mph en 2,6 segundos).
La selección del edificio adecuado también fue difícil. El elegido fue el Centro de Convenciones Ernest N. Morial, de Nueva Orleans (Luisiana). Con más de nueve hectáreas, cuenta con el mayor espacio para exposiciones en Estados Unidos, ideal por la distancia que proporciona. Sin embargo, al igual que muchas otras instalaciones interiores, la superficie de cemento pulido es como hielo cuando un auto pasa por encima con velocidad.
“No aprecié realmente la magnitud del intento de récord hasta mi primer ensayo. La superficie es tan imprevisible, tan resbaladiza, que tienes que confiar plenamente en tu auto. Es realmente como el hielo y estás acelerando a fondo mientras te acercas a un muro realmente duro. De repente, incluso un espacio enorme como el que teníamos parece muy pequeño”, dijo Keen tras su intento de récord. “Podía sentir cómo los sistemas del Taycan se daban cuenta, trabajando para mantenerme en la línea recta. Fue una hazaña impresionante. Acelerar con tanto empuje en una superficie tan variable fue increíble. Ni por un momento dudé de que pudiera hacerlo”.
La estrategia de Keen consistió en ir acelerando progresivamente, con tandas de prueba a baja velocidad. Los neumáticos de carretera de serie fueron precalentados por precaución. Cuando llegó el momento de batir el récord, bastó con un intento. “Me tomé un momento en la línea de salida, sabiendo que iba a tener que ir lo más rápido posible y volver a parar, todo antes de llegar al muro que me esperaba al final y tenía toda mi atención. Utilicé el launch control y el Taycan simplemente se catapultó. La sensación de velocidad en el interior, incluso en un espacio tan grande, es enorme. Ese muro se acercaba muy rápidamente. Al final, los frenos del Taycan estuvieron más que a la altura. Por supuesto, no me fijé en mi velocidad, así que fue una sorpresa y un alivio saber que había batido el récord con un margen tan grande. Ha sido adrenalina total. Estoy agradecido a Porsche por confiar en mis habilidades, por sus preparativos y ánimos: 165,1 km/h dentro de un edificio. ¿En qué estaba pensando?”.
Jueces independientes confirmaron el récord mundial Guinness de la velocidad más alta alcanzada por un vehículo dentro de un edificio: 165,1 km/h (102 mph), establecido por Leh Keen en el Centro de Convenciones de Nueva Orleans con un Porsche Taycan Turbo S.
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