Hans-Joachim Stuck, Mark Webber y Walter Röhrl serán algunas de las leyendas del automovilismo de Porsche que se pondrán de nuevo al volante para revivir este fin de semana la legendaria ‘Carrera de Hielo’, en Zell am See (Austria).
Aunque era simplemente una distracción para los visitantes que pasaban el invierno en Suiza en la década de los años 30, los austriacos transformaron rápidamente las competencias sobre la nieve en un evento espectacular. En St. Moritz (Suiza) fue un asunto bastante tranquilo, que involucraba algunos caballos sin jinete con una cuerda de arrastre, que jalaban a los esquiadores sobre el lago congelado.
El paisaje alrededor de Zell am See tiene las mismas cualidades celestiales que el área de St. Moritz, con el calmado Bergsee (lago de la montaña), un impresionante fondo alpino de imponentes picos blancos que brillan en el aire frío del invierno, y ha sido aún más bendecido con una figura pionera dela industria automotriz y los deportes a motor, ya que el profesor Ferdinand Porsche eligió establecer, con su familia, su hogar en esta ubicación de postal al pie de la montaña Schmittenhöhe.
Gran premio en hielo
Con un agudo sentido de cómo ofrecer un gran espectáculo, el residente de Zell am See reemplazó el pesado ganado equino de la región suiza de Engadin por motocicletas, lo que incitó a los intrépidos esquiadores a cruzar el lago helado a velocidades increíbles. Ya en 1937, el deporte del skijöring de Zell am See ofreció todo lo que el público podía esperar, aunque realmente comenzó a florecer después de la Segunda Guerra Mundial. Desde 1952, la actividad fue llevada a cabo en memoria del gran diseñador e ingeniero, el mismísimo Prof. Dr. h.c. Ferdinand Porsche, y se convirtió en algo así como un Gran Premio en hielo, con clasificaciones separadas para motocicletas y automóviles.
El siguiente paso natural fue que el emergente fabricante de autos deportivos adoptara la carrera como algo propio, y que enviara a un equipo completo de corredores de hielo de su propio taller: primero con los Porsche 356 Coupé, y más tarde con el auto de carreras con motor central 550 Spyder, al mando de los pilotos de fábrica Richard von Frankenberg y Huschke von Hanstein, entre otros, así como competidores locales, entre ellos Otto Mathé y Ernie Vogel. Mathé, un conductor manco de Innsbruck (Austria), se sentía muy cómodo corriendo en hielo y era casi imbatible en un Porsche Monoposto que él mismo había desarrollado y construido. En su vida profesional, Ernie Vogel era un fabricante; también era presidente del Porsche Club austriaco, lo cual le permitía saber lo suficiente sobre velocidad, y a bordo de un Porsche RSK Spyder de fábrica podía incluso competir de tú a tú con Graf Berghe von Trips, uno de los mejores pilotos de autos privados sobre superficies húmedas de Europa Central.
Estos reyes de hielo y nieve se deleitaban en un mundo de impresionantes derrapajes y grandes cascadas hasta que el hielo se derretía, casi literalmente: en 1974 un Unimog, junto con su conductor, se hundió en el lago durante la limpieza de la nieve, con lo cual las carreras de hielo en Zell am See parecían estar condenadas a los libros de historia.
Ahora, Ferdinand Porsche, bisnieto del pionero de la tecnología y nieto del fundador de la compañía, está listo para relanzar este espectacular evento este fin de semana (19 y 20 de enero). La primera carrera de hielo del milenio será llevada a cabo en el aeródromo de Zell am See, mostrando todo lo que el deporte tiene para ofrecer, incluidos turismos y vehículos antiguos.
Los pilotos también son leyendas por derecho propio, con la crème de la crème del mundo de las carreras que se encuentra en y alrededor de los diversos autos deportivos de Porsche, incluido el ganador de Le Mans Hans-Joachim Stuck, actuales corredores de la categoría GT, entre ellos Richard Lietz, el campeón mundial de resistencia Mark Webber, y el dos veces campeón mundial de rally Walter Röhrl.