La octava generación del Porsche 911 no sólo es más potente que su predecesora, sino también más confortable y segura. Con el modo Porsche Wet, una primicia mundial incorporada de serie en exclusiva en todas las versiones del 911, el icono de los deportivos ofrece un comportamiento aún mejor en carreteras mojadas. El innovador sistema de asistencia incluye una función para detectar si el asfalto está lo suficientemente húmedo y, en ese caso, adaptar los ajustes del vehículo para aumentar la estabilidad de marcha sobre esa superficie.
Cómo funciona el modo Porsche Wet
“El modo Wet ha sido desarrollado para proporcionar ayuda al conductor en condiciones de asfalto mojado. Con él no se restringe la potencia del motor ni se limita la velocidad máxima y, por lo tanto, no debe utilizarse como un seguro para conducir muy rápido en esas circunstancias. Pero sí es un sistema de ayuda en el sentido más auténtico”, dijo August Achleitner, que ha sido responsable de la gama 911 durante casi dos décadas. El modo Porsche Wet puede detectar automáticamente una carretera húmeda y alertar al conductor del riesgo de aquaplaning. Para ello, unos sensores acústicos situados en los guardabarros delanteros detectan si está siendo generado espray de agua en esa zona. Ahí está la gran diferencia con los sensores de lluvia para los limpiaparabrisas, que sólo reaccionan de forma óptica con las gotas que caen sobre el cristal independientemente de las condiciones del asfalto. Sin embargo, el agua puede seguir estando en la calzada cuando ha pasado la lluvia.
Si el sistema detecta una superficie húmeda, el funcionamiento de los sistemas Porsche Stability Management (PSM) y Porsche Traction Management (PTM) se pone sobre aviso para intervenir. En esas circunstancias, ambos actúan más pronto y de manera más sensible de lo habitual. Además, aparece una alerta en la parte derecha del cuadro de instrumentos, junto al cuentarrevoluciones. De esa manera el conductor es informado sobre la presencia de una zona húmeda y recibe una recomendación para que manualmente al modo Wet. Esta función puede ser activada desde la nueva fila de botones situados sobre la consola central o, si el auto está equipado con el opcional paquete Sport Chrono, también puede ser activada por medio del conmutador de modo integrado en el volante.
Si está activado el modo Wet, el PSM, el PTM, la aerodinámica activa, el opcional Porsche Torque Vectoring (PTV) Plus y la respuesta del propulsor se adaptan en conjunto para garantizar la máxima estabilidad de marcha. A partir de 90 km/h, el spoiler trasero variable se despliega hasta la posición de carga aerodinámica superior, las aletas para el aire de refrigeración se abren, las características del pedal del acelerador se hacen más planas y no es posible la desconexión del PSM ni la activación del modo Sport. La entrega del par motor es más suave y la estrategia de cambio de la nueva transmisión PDK de ocho velocidades se adapta automáticamente a esa forma de funcionamiento. En el 911 Carrera 4S de tracción total es transferida más potencia al eje delantero que en el modo normal para reforzar el efecto de estabilización. La reducción de las relaciones de bloqueo en el diferencial trasero autoblocante controlado electrónicamente también forma parte de la puesta a punto del 911 para superficies mojadas.
El conductor nota claramente el efecto: el 911 ofrece un comportamiento más noble, mientras que las precisas intervenciones de los sistemas de asistencia son verdaderamente efectivas en los cambios de dirección repentinos, en la solicitud de potencia inmediata o en los cambios de superficie con diferentes coeficientes de fricción. Pero el copiloto electrónico no sólo ofrece ventajas en mojado. El modo Wet también puede ser activado manualmente para incrementar la estabilidad en carreteras cubiertas de nieve y, por tanto, con un agarre reducido.
La octava generación del 911 fue presentada en Los Ángeles a finales de noviembre de 2018. El motor bóxer turbo de seis cilindros de los 911 Carrera S y 911 Carrera 4S alcanza ahora una potencia de 450 caballos (331 kW). Eso supone un incremento de 30 caballos (22 kW) en comparación con el modelo anterior. Ambos 911 necesitan menos de cuatro segundos para acelerar de 0 a 100 km/h: el Coupé de tracción trasera necesita 3,7 segundos, mientras que al 911 Carrera 4S de tracción total le basta con 3,6 segundos. Estas cifras significan que los dos autos son 0,4 segundos más rápidos que sus respectivos antecesores.