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Donativos Ambientales de Fundación Toyota aportan a mitigar daños causados por huracanes y a apoyar


La mitigación de los efectos ambientales causados por los huracanes Irma y María, así como la limpieza de costas, la protección de las cuencas, la preservación de las especies y la educación en torno a la reducción de desperdicios, son algunas de las causas que se beneficiarán con cerca de $100 mil en donativos de la Fundación Toyota.

Seis organizaciones sin fines de lucro, recibieron los donativos en un evento celebrado hoy como parte del compromiso de Fundación Toyota en Puerto Rico, que por 21 años ha aportado a entidades que realizan trabajo en favor de la preservación de nuestros recursos ecológicos. Según Maribel Bengoa, gerente de mercadeo, este año la fundación otorgó un total de $99,520 para poner en marcha o dar seguimiento a iniciativas de educación, investigación y preservación de los recursos naturales en la Isla.

“Por más de 20 años hemos trabajado junto a las entidades más comprometidas de Puerto Rico para hacer la diferencia, para proteger el ambiente y educar en torno a la responsabilidad que tenemos como individuos y como sociedad en torno a la protección de nuestros recursos. Este año estamos apoyando propuestas que buscan mitigar el daño ambiental causado por los huracanes Irma y María. Pero más allá, cada una de estas causas toca de manera profunda algún aspecto relacionado al ambiente, ya sea la educación, la investigación o proyectos de acción específica que nos benefician a todos”, dijo Bengoa.

Los proyectos beneficiados fueron diversos. Protectores de Cuencas Inc. atenderá las fuentes de contaminación terrestres que afectan a los arrecifes de coral en Guánica. Los arrecifes de coral han presentado estrés a causa de diversas causas creadas por los seres humanos. Las altas cargas de mantenimientos de caminos y sistemas sépticos que no funcionan correctamente, combinados con la erosión costera, amenazan la estabilidad y el bienestar de los ecosistemas costeros, incluyendo los arrecifes de coral. Además, el uso desmedido de los recursos costeros con fines recreativos.

Otro proyecto fue Ecoexploratorio que pondrá en vigor el programa REPARA el daño ambiental causado por el huracán María, tanto en las playas, como en los estuarios y bosques. Creará un programa de Project Based Learning, que impactará a 30 estudiantes de 10-13 años residentes del Residencial Nemesio Canales que recibirán charlas sobre los daños causados por los huracanes. Visitarán diferentes espacios en Puerto Rico tales como Estuario de la Bahía de Jobos, Bosques y Playas para poder comprender los cambios ambientales.

También se benefició la Fundación Luis Muñoz Marín, quienes realizarán una investigación utilizando la tecnología G-LiHT de la NASA para estudiar los efectos causados por los huracanes Irma y María en un bosque urbano y sus implicaciones para su manejo hacia la resiliencia. Con este proyecto se analizarán los datos y cientos de imágenes aéreas tomadas por el proyecto de la NASA para el bosque urbano/arboreto y áreas aledañas y así poder lograr entender como el bosque y las colecciones de plantas se afectaron y se han estado recuperando post-huracán. La entidad Scuba Dogs Society creará el Muestreo de Micro Plásticos a Toda Costa y traerá recursos del extranjero para adiestrar a más de 30 capitanes en el protocolo de monitoreo de microplástico para que sea parte de la metodología de limpieza de costas. Específicamente beneficiará los municipios costeros de Arecibo, Isabela, Cabo Rojo, Ponce, Fajardo, Humacao, San Juan y Loíza. Se espera que más de 500 voluntarios participen de estos protocolos.

También recibió un donativo el proyecto Agricultura con conciencia rural, ecológica y sustentable con la propuesta “Transformando basura en alimento”, que va dirigido a crear una cultura, en la reducción, reúso y reciclaje de materiales. El Centro de Restauración Ecológica y Conservación Costera (Vida Marina UPR) pondrá en vigor la propuesta de Proyecto de Conservación de la Mariquita de Puerto Rico, una especie endémica cuyo estatus de conservación, según la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (IUCN), se clasifica como en peligro de extinción. El proyecto nace ante la destrucción causada por el huracán María en el manglar de la Pitahaya, hábitat/área de anidamiento de la mariquita en el bosque estatal de Boquerón, para poder garantizar la conservación y recuperación de esta especie y su ecosistema.

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